- Toma autónoma de decisiones: la persona aprende a pensar por sí mismo, a ser crítica y a analizar la realidad de forma racional.
- Toma responsable de decisiones: La persona es consciente de la decisión tomada y acepta sus consecuencias.
EL MÉTODO PARA TOMAR DECISIONES Y RESOLVER PROBLEMAS
La habilidad para tomar decisiones se puede practicar y mejorar. Las personas hábiles en la toma de decisiones tienen capacidad para clasificar las opciones según sus ventajas e inconvenientes y, una vez hecho esto, escoger la que parece mejor opción. El método es:
El proceso de los cinco pasos.
1. Definir el problema situación
problemática: ¿Qué es aquello sobre lo que tenemos que
decidir?
3. Valorar las consecuencias de cada alternativa: se deben considerar los aspectos positivos y negativos que cada alternativa puede tener, a corto, medio y largo plazo, tanto para nosotros como para otras personas. Para llevar a cabo este paso, muchas veces no es suficiente la información con la que se cuenta. En el proceso de decisión vocacional es necesario tener información previa sobre las aptitudes personales, la personalidad, los valores, los intereses profesionales, las alternativas de formación. Es necesario recabar nuevos datos que ayuden a valorar las distintas alternativas con las que se cuenta.
Para cada una de las alternativas por separado, creamos una lista de todas las ventajas y desventajas. Daremos una puntuación de 0 a 10 a cada ventaja y a cada inconveniente en función de su importancia, teniendo en cuenta que: 0 es “nada importante” y el 10 significa que es “esencial o muy importante”. Finalmente, una vez puntuada cada ventaja y cada inconveniente en esa escala, se suman los números dados a todas las ventajas por una lado y todos los inconvenientes por otro. Si el resultado es positivo es que tiene más ventajas ó estás son más importantes que los inconvenientes.
4. Elegir la mejor alternativa posible. Una vez que se ha
pensado en las alternativas disponibles y en las consecuencias de cada una de
ellas, habrá que escoger la más positiva o adecuada.
Una vez que se han valorado las distintas
alternativas, hay que compararlas entre sí, escoger la que más nos satisfaga.
Como normal general, aquella que tenga más ventajas que inconvenientes, o si
utilizamos el procedimiento matemático, aquella alternativa que tiene el número
positivo más alto.
A veces la mejor alternativa no es ninguna de las propuestas sino que surge como combinación de varias de las propuestas. Se puede optar por escoger varios que sean complementarios.
5. Aplicar la alternativa escogida y
comprobar si los resultados son satisfactorios. Una vez elegida, deberemos
responsabilizarnos de la decisión tomada y ponerla en práctica. Además debemos
preocuparnos por evaluar los resultados, con lo que podremos cambiar aquellos
aspectos de la situación que todavía no son satisfactorios y además podremos
aprender de nuestra experiencia.
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